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En que año empezo el euro en españa
grecia
El real, el escudo y la peseta eran algunas de las monedas españolas antes del euro. La mayoría de las transiciones de una a otra se produjeron debido a la unificación territorial. De forma orgánica, muchas regiones comenzaron a llamar a su dinero con nombres diferentes, hasta que se implantó una nueva forma de pago.
El real fue la moneda oficial española durante cientos de años, desde mediados del siglo XIV hasta 1864. El rey castellano Pedro I introdujo esta moneda estándar, que valía tres maravedíes. Eran monedas ibéricas de oro o plata. Ocho reales equivalían al peso de un peso de plata o dólar español, que se presentó el mismo año. El dólar español se utilizó en América y Asia, y se hizo muy popular como moneda de cambio para el comercio internacional.
El escudo español tenía dos denominaciones: plata y oro. El primer escudo fue una moneda de oro introducida en 1566. Se siguió acuñando hasta 1833. El escudo de plata se utilizó entre 1864 y 1869. Cada escudo valía varios reales y finalmente fueron sustituidos por pesetas.
la peseta española
El nombre de la moneda proviene de peceta, forma catalana diminutiva de la palabra catalana peça (que significa pieza) o del peso español (peso, utilizado como sinónimo de moneda)[2] La palabra peseta se conoce ya en 1737 para referirse coloquialmente a la moneda que vale 2 reales provinciales o 1⁄5 de peso[3] Las monedas denominadas en “pesetas” se emitieron brevemente en 1808 en Barcelona bajo la ocupación francesa; véase peseta catalana.
Tradicionalmente, nunca hubo un único símbolo o carácter especial para la peseta española. Las abreviaturas más comunes eran “Pt”, “Pta”, “Pts” y “Ptas”; una forma común de representar cantidades de pesetas en la imprenta era utilizando letras superiores: “Pta” y “Pts”.
Cuando se diseñó el primer IBM PC en 1980, se incluyó un “símbolo de peseta” “Pts” en la ROM del hardware de las tarjetas de salida de vídeo Monochrome Display Adapter (MDA) y Color Graphics Adapter (CGA), con el número de código 158. Este cuadro de caracteres original se convirtió posteriormente en la página de códigos 437 de MS-DOS. Algunos programas de hojas de cálculo para PC bajo MS-DOS, como Lotus 1-2-3, emplearon este carácter como símbolo de peseta en sus ediciones en español. Las posteriores páginas de códigos internacionales de MS-DOS, como la página de códigos 850 y otras, desaprovecharon este carácter en favor de otros caracteres nacionales.
san martín
El nombre de la moneda proviene de peceta, forma catalana diminutiva de la palabra catalana peça (que significa pieza) o del español peso (peso, utilizado como sinónimo de moneda)[2] La palabra peseta se conoce ya en 1737 para referirse coloquialmente a la moneda que vale 2 reales provinciales o 1⁄5 de peso[3] Las monedas denominadas en “pesetas” se emitieron brevemente en 1808 en Barcelona bajo la ocupación francesa; véase peseta catalana.
Tradicionalmente, nunca hubo un único símbolo o carácter especial para la peseta española. Las abreviaturas más comunes eran “Pt”, “Pta”, “Pts” y “Ptas”; una forma habitual de representar cantidades de pesetas en la imprenta era utilizando letras superiores: “Pta” y “Pts”.
Cuando se diseñó el primer IBM PC en 1980, se incluyó un “símbolo de peseta” “Pts” en la ROM del hardware de las tarjetas de salida de vídeo Monochrome Display Adapter (MDA) y Color Graphics Adapter (CGA), con el número de código 158. Este cuadro de caracteres original se convirtió posteriormente en la página de códigos 437 de MS-DOS. Algunos programas de hojas de cálculo para PC bajo MS-DOS, como Lotus 1-2-3, emplearon este carácter como símbolo de peseta en sus ediciones en español. Las posteriores páginas de códigos internacionales de MS-DOS, como la página de códigos 850 y otras, desaprovecharon este carácter en favor de otros caracteres nacionales.
la moneda española antes del euro
Este mes se cumplen 20 años de que España fuera uno de los 11 países de la UE que empezaron a utilizar el euro cuando se introdujo la moneda común. Entrar en el euro y estar a la vanguardia de un movimiento europeo, 13 años después de que España entrara en la Comunidad Económica Europea (CEE) y pusiera fin a un largo periodo de aislamiento de la Europa dominante, fue una cuestión de orgullo nacional.
Pero, ¿ha merecido la pena? La entrada en la zona euro privó a España de su antigua capacidad para fijar los tipos de interés y devaluar su moneda. Los tipos de interés los fija el Banco Central Europeo, no los bancos centrales de los Estados miembros, y los países de la zona euro no pueden devaluar. La pérdida de independencia en estos ámbitos supuso que, cuando la economía española entró en un largo periodo de recesión a partir de 2008, como parte del colapso del sistema financiero del Atlántico Norte y la posterior crisis de la deuda de la eurozona, no pudo utilizar algunas de las herramientas macroeconómicas más importantes -la política monetaria y los tipos de cambio- para restablecer la competitividad y quizá salir de la austeridad de forma más rápida y menos dolorosa, pero no necesariamente de forma sostenida. El país tuvo que recurrir a la “devaluación interna”, recortando los costes de producción, principalmente los salariales, para reducir los costes laborales unitarios y hacer que la economía fuera más internacional y competitiva.